El Bayern de Múnich ha sido y es una de las mejores instituciones de la
historia del fútbol. Con sus vitrinas llenas de títulos, es el club más
importante en Alemania y, a nivel europeo, es el tercer equipo junto con el
Liverpool que más Copas de Europa tiene, nada menos que cinco “orejonas”. Hace
ya muchísimos años que el club bávaro esta entre los mejores del continente,
pero no siempre fue así. Fue a partir de principios de los años setenta cuando el
Bayern se hizo un nombre en el mundo entero, un equipo de lujo que dominó
Europa durante media década, y al que he querido dedicar este primer artículo
sobre grandes equipos a lo largo de la historia del fútbol.
Los alemanes siempre han marcado diferencias en la competitividad y la
habilidad innata para ganar títulos cuando nadie lo esperaba. Y este primer
gran Bayern de Múnich no fue para menos, tres trofeos con mucha polémica y poco
juego lucen hoy en su museo. Una forma de jugar muy propia, muy alemana. Pero
pese a que mucha gente discutiese su estilo creo que no hace falta recordar
nombres como los de Sepp Maier, Gerd Muller, Paul Breitner, Karl-Heinz
Rummenigge o el mísimisimo Franz Beckenbauer. Aquel histórico equipo tenía la
habilidad de pese a no estar bien en la competición liguera, seguir marcando
diferencias en la Copa de Europa. Y no hay que olvidar que fue el Bayern quien
acabó con el reinado del Ajax de Amsterdam en Europa de también tres años.
Y fue a mediados de la década de
los 70 la etapa más exitosa del club, en la que los bávaros ganaron todos
los títulos posibles. Pero todo comenzó a partir de la irrupción de tres
grandes figuras entro del fútbol alemán.
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Franz
Beckenbauer. El Káiser era el jugador emblema y capitán del equipo y todos
los títulos conseguidos por el club comenzaron a partir de él y su forma de jugar. Posiblemente el mejor futbolista
alemán de todos los tiempos, fue también uno de los más elegantes a la hora de
correr por el terreno, su presencia sembraba el pánico entre sus rivales y sus
galopadas de una punta a la otra del campo son legendarias. Con el cinco a la
espalda y el brazalete en el brazo levantó tres Copas de Europa, una Copa del
Mundo, una Eurocopa y varias Ligas además de dos Balones de Oro. El inventor de
la posición de líbero actuó también como medio o defensa central. Un hombre
capaz de jugar un partido de Copa del Mundo con un brazo roto ya da aspecto de
líder de grupo.
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Gerd Muller: Torpedo Muller el hombre capaz de
marcar 10 goles en un campeonato del Mundo en el que no llegó a jugar la final.
Un hombre de área devastador y con un instinto de gol implacable, inteligente y
oportunista sabía recoger goles de los sitios más inesperados. Rematador, pero
también capaz de fabricarse sus propios tantos, genial en el juego áereo y con
ambas piernas. El nueve de la selección alemana durante una década y un
promedio de casi un gol por partido hacen de él el mejor nueve del fútbol
alemán y posiblemente de la historia del fútbol. Como su amigo Beckenbauer el
también ganó un Balón de Oro en 1970 y fue Bota de Oro en 1970 y 1972. Fue
máximo goleador de la Bundesliga en 7 ocasiones y marcó una época en el Bayern
de Munich y en la Manschaft.
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Sepp Maier: El Gato de Múnich fue el mejor
portero durante más de una década y pieza clave en aquel Bayern de los años
setenta. Maier era un portero muy ágil, con carácter y mucha personalidad, iba
bien por alto y fue un seguro de vida para el Bayern durante 15 temporadas. El
tres veces elegido “Jugador alemán del año” siendo portero se mantuvo toda su
carrera en el club y después de retirarse siguió unido como entrenador de
porteros. El primero de tantos grandes porteros alemanes; Oliver Kahn, Harald
Schumacher, Andreas Kopke, Bodo Illgner, Jens Leheman… fue elegido por los
aficionados del Bayern como mejor portero de la historia del lub por delante
del mismísimo Oliver Kahn. Como sus compañeros Beckenbauer y Muller ganó todos
los títulos posibles con el Bayern y con la selección alemana. Sus vuelos y sus
increíbles unos contra unos siguen aún en la memoria de miles de aficionados
bávaros.
El Bayern de Munich ganó tres
finales consecutivas frente a tres equipos distintos con un estilo de fútbol
propio. Posiblemente no mereció ganar en ninguna de las tres pero bien por
suerte, por espíritu competitivo o por concentración en los minutos finales las
ganó las tres. Un dato curioso es que en ninguna de las tres finales fueron los
tres jugadores destacados anteriormente los que decidieron los encuentros, sino
otros grandes jugadores como Schwarzenbeck o Roth fueron los que decidieron las
finales.
LA
PRÓRROGA DE BRUSELAS: La primera final de Liga de
Campeones que disputó el conjunto bávaro fue nada menos que contra el Atlético
de Madrid de Luis Aragonés, Gárate y Miguel Reina entre otros excepcionales
futbolistas.
El encuentro acabó con empate a cero en el marcador en un partido en el que
los colchoneros dominaron frente a la férrea defensa alemana. Pero se llegó a
la prórroga, y en el minuto 114 Aragonés adelantó al Atleti gracias a un libre
directo ejecutado a la perfección como el solía hacerlo. Pero cuando parecía
que el partido había terminado, el Bayern roba un balón en defensa y llega al
central Schwarzenbeck que avanza con el balón y desde fuera del área marca un
golazo, posiblemente el más importante de la historia del Bayern. Fue un golpe
tan duro para los rojiblancos que en la vuelta perdieron 4-0 con doblete de Uli
Hoeness y Gerd Muller. Y así logró el Bayern de Munich acabar con el reinado
holandés en Europa, y con un punto de suerte dejar al Atlético de Madrid tan
tocado que ha tardado cuarenta años en volver a disputar una final de Liga de
Campeones.
LA
SEGUNDA SE GANA EN PARÍS: Después
de un mal año en el campeonato liguero el equipo bávaro volvió a llegar a la
final de la Copa de Europa, esta vez contra el equipo inglés del Leeds United
en París. Un equipo de juego muy defensivo al que en las islas apodaban como el
“Dirty Leeds” (Los sucios del Leeds), pero pese a ser un conjunto de
futbolistas muy duros también contaban con hombres de gran talento como Peter
Lorimer o Joe Jordan. Fue un partido muy duro y disputado pero en el que otra
vez el Bayern tuvo ese punto de suerte que siempre les acompañaba en los
momentos más difíciles. En este encuentro pese a ganar por 2-0 estuvo marcado
por la expulsión de Peter Lorimer y dos penaltis claros no pitados a favor del
conjunto inglés. Los goles muniqueses fueron obra de Roth y Muller en los
minutos finales del partido.
LOS
PALOS Y ROTH: El Bayern de Munich llegó a la
final por tercera vez consecutiva, otra vez después de un mal año en el
campeonato alemán y una “recordada”
vuelta de semifinales en la que se enfrentaron al Real Madrid, en el que
un hombre salió al final del encuentro y agredió al árbitro y a varios
jugadores alemanes, apodaron a este hombre como “El loco del Bernabéu”. Esta
vez en la final esperaba el desconocido Saint-Éttiene en Glasgow. Un equipo con
jugadores poco conocidos pero que sorprendentemente se asociaban y tocaban el
balón como pocos en Europa, sus futbolistas más destacados eran los hermanos
Revelli y un jovencísimo Rocheteau que salió en el segundo tiempo. Fue un
partido dominado de cabo a rabo por los franceses que dispusieron de muchas
ocasiones y varios postes, pero nuevamente fueron los bávaros los que se
adelantaron en el marcador gracias al gol de, como en la anterior final, Roth
al comienzo de la segunda parte. Me gustaría destacar que en esa final jugó un
jovencísimo Rummenigge que años después se proclamaría Balón de Oro pero que en
ese momento no era muy conocido.
Si tuviera la oportunidad de escoger un once ideal del Bayern de Múnich de
1973-76 sería:
MAIER
BREITNER HANSEN
SCHWARZENBECK BECKENBAUER
©
ROTH
DURNBERG
KAPELLMAN
HOENESS MULLER RUMMENIGGE